El valor de las lágrimas

Pequeñas infamias

Lo dejaré claro desde la primera línea: no soporto a los llorones. Más aún, siempre me han producido desconfianza. Y no debo de andar muy descaminada p…

Sonarse con las banderas

PATENTE DE CORSO

Hace dos o tres semanas asistí de lejos, aunque con curiosidad sociológica, a la polémica que se desató cuando un presentador de televisión, cómico o a…

La promesa del alba

Mi hermosa lavandería

Paseo por el centro Pompidou de Metz, donde se expone una serie de obras de diferentes disciplinas sobre el concepto de pintar la noche. El desafío de …

Protagonistas frente a protagonismo

Artículos de ocasión

Me ha llamado la atención una coincidencia azarosa, pero que invita a interesantes conclusiones. Se ha publicado un libro en España escrito por un supe…

Buenos días, ¿es de noche?

Palabrería

Huso. El Gobierno de aquel país meridional decidió estudiar si suprimía el cambio horario. En el pasado se había alineado con países afines para adecua…

El placer de lo sencillo

Reinos de humo

¿Han probado alguna vez las migas? Supongo que sí porque es un plato popular en casi todas las regiones de España. De comida de pastores y campesinos p…

Todo pasa y nada queda

Pequeñas infamias

Vivimos en un mundo de mentiras. Vaya novedad, dirán ustedes, la verdad siempre ha sido un bien escaso, aunque dicho esto, y según los casos, tampoco e…

Universidad

Animales de compañía

Aunque hacemos como que no ha pasado nada, sabemos íntimamente que los recientes escándalos políticos, con expedición de cursillos de tócame Roque y do…

La concurrida Segovia de José María

Arenas movedizas

Desde la estación de Chamartín en Madrid se tardan veintisiete minutos en llegar a Segovia. A los alrededores de Segovia, para ser más exactos. Todo el…

No hablar farfullo es de fascistas

PATENTE DE CORSO

Se me ha estropeado la visión, pienso cuando veo el cartel de entrada al pueblo. Tengo que ir al oculista, pues veo menos que el topo Gigio, o como se …